Involucrar a la familia en el tratamiento de la anorexia y bulimia nerviosa, es una recomendación clave de las guías de buena práctica clínica para niños, adolescentes y adultos jóvenes.

En las últimas décadas, la Terapia Basada en Familia (TBF), desarrollada por Lock y Le Grange (2013), se ha adicionado con éxito en los procesos de tratamiento de estas enfermedades. Se enfoca en capacitar a los padres y demás cuidadores para que ayuden a sus hijos a cubrir sus necesidades nutricionales, restaurando tanto el peso como la salud.

Más que “buscar culpables” en el sistema familiar, la TBF busca que la familia se convierta en parte activa del tratamiento, hasta que sea posible devolver el control de la alimentación al paciente. Adicionalmente, este enfoque reduce las tasas y los tiempos de hospitalización.  

Una de las herramientas de ayuda de la Terapia Basada en Familia son las comidas terapéuticas familiares (CTF), que hacemos con nuestras pacientes y sus cuidadores.

En ellas, dos integrantes del equipo terapéutico, se sientan a la mesa con los padres y el paciente con anorexia o bulimia, para observar en vivo cómo son los patrones de interacción, los roles familiares y las reacciones emocionales que ocurren en el paciente y los demás miembros de la familia frente a la mesa, y al mismo tiempo “modelar” la manera apropiada de actuar durante las comidas para facilitar la recuperación.